A contramano de la esencia.
El cansancio llego a la casa, la fe de noches transpiradas se evaporan en las mañanas. Este invierno frio se hace eterno, en el otoño gris de sus días.
La lluvia de julio se mezcla con avatares y oficina, rellena el vacio, se mezcla en llanto infinito.
Las fotos amarillas que no vendrán y la esperanza que se gasta, que se aguanta, se destiñe en desoladas madrugas.
Está en su naturaleza, es fuego, es la hiperquinecia de su alma, es la lucha. Es la vigilia, la añoranza. No es insistencia, capricho simplemente es... y aunque se escriba, si no se dice no existe...